Si alguien hiciera un censo de reality shows creo que podríamos afirmar que todas las temáticas están abordadas. Siempre queda algo por inventar, claro, pero desde The Real World hasta MasterChef Celebrity, los programas de talentos televisados dieron todo y más, casi todas las áreas. Subastas, baile, trabajos manuales, cocina, fútbol, moda, tatuadores, amas de casa, diseño de interiores, búsqueda de parejas, casamientos, acumuladores compulsivos, aeropuertos: todo.
Desafío sobre fuego es un reality de herreros que ya lleva 8 temporadas en la pantalla de History, y que incluso tiene su versión Latinoamericana. Resulta raro de explicar cómo un programa que habla de forjas, soldaduras, yunques, deslaminaciones, acero dulce o de alto carbono o damasquino puede atrapar tanto al punto de llegar a las 8 temporadas; pero lo hace. La explicación tiene mucho que ver con el componente de show, los elementos que hacen de un oficio como la herrería algo televisable para ojos no expertos. Hagamos un repaso por los cinco puntos clave para explicar a Desafío sobre Fuego
El jurado. Cuatro participantes -herreros profesionales o amateurs, de todas las edades- se meten en la forja para fabricar un cuchillo con determinados parámetros y materiales dados por el conductor del programa, Wil Willis (que en la temporada actual fue reemplazado por Grady Powell). Quienes van a decidir cuáles de esas cuatro hojas se convierten en finalistas son los jurados: el artista marcial kali, Doug Marcaida; el especialista en recreación de armas históricas, David Baker; el especialista en armas blancas, J. Neilson; y el dos veces ganador del certamen, Ben Abbott. Entre todos logran algo que no siempre se consigue: tener química. Cada uno tiene un área de especialidad definida, sentido del humor y una empatía poco frecuente con los participantes: aquí no hay jurados malos o antipáticos. La camaradería es la premisa.
Las pruebas. Una vez forjadas las hojas y puestas las empuñaduras para que sean funcionales, los cuchillos son sometidos a distintas pruebas. Primero Marcaida evalúa la capacidad de corte y de letalidad: corta manzanas y sandías y todo lo que pueda ser rebanado, desde cañas hasta cadáveres de animales. Sus muletillas “Es letal” o “Esta arma cortará” es todo lo que los participantes quieren escuchar. Baker, Abbott y Neilson se turnan en las pruebas de resistencia, en las que castigan a los cuchillos contra armaduras, huesos, chapas, maderas, hielo e incluso balas: una de las pruebas puede ser que una hoja corte un balazo. “Tu arma ha sufrido una falla catastrófica” es todo lo que los participantes no quieren escuchar.
Políticamente incorrecto. “Desafío sobre fuego” podría ser un programa inclusivo y libre de situaciones incómodas; pero no. Sus participantes son casi siempre hombres (aprobablemente no haya muchas mujeres dedicadas a la herrería), los jurados son hombres y todo huele a testosterona. Las pruebas de corte y letalidad a veces son realizadas con muñecos balísticos (con huesos y sangre de utilería, pero que se rompen y salpican como si fueran de verdad) y otras con cadáveres de cerdos o jabalíes. Una espada bien afilada puede cortar al medio a un cuerpo, sin trucos ni pantallas pixeladas. Si sos vegano, este no es tu programa.
La física. Los espíritus curiosos e inquietos van a disfrutar mucho al conocer las diferencias entre el acero dulce, el 1095, el de alto carbono y el de damasco. También sobre cómo templar un acero, aunque nunca vayan a hacerlo. La mayoría de las fallas de las armas y de los errores de los participantes tienen una explicación científica, basada en qué clase de materiales son y cómo se los trabajó. Si un cuchillo se parte al medio en una prueba de resistencia, debe ser porque antes se lo vio con una deslaminación o una falla en el templado. Aquí no hay magia ni divinidades: todo es pura física y ciencia.
La historia. De los cuatro participantes, los dos ganadores vuelven a sus casas para trabajar en la recreacción de un arma histórica. En este punto es donde se explica un programa como este en un canal como History: la historia funciona como un hilo conductor en varios de sus shows, sin que sean documentales o programas que se nutran del archivo. El arma en cuestión podrá ser una katana japonesa (con toda su explicación, usos y hasta referencias en la cultura pop), una espada Kelewang, un sable Karabela o un Kilij del Imperio Otomano. El premio final es un detalle más para los espectadores, pero muy interesante para los herreros: el mejor se lleva un cheque por 10 mil dólares.
Desafío sobre Fuego va por History los martes a las 21.30 (y muchas repeticiones más)