Cuando se habla de zapatillas de básquet está bueno saber que hay otras opciones más allá de Nike, adidas y Jordan. Durante los últimos dos años, impulsadas por la moda deportiva relacionada con el básquet, muchas marcas empezaron o volvieron a ofrecer calzado profesional para básquet: Puma, New Balance, Converse, Anta y Peak son las primeras que se me vienen a la cabeza. Pero entre todas ellas hay una que se destaca, no sólo por la zapatilla en sí, sino por quien la calza: Under Armour y su estrella, Stephen Curry.
Las Curry 8 reformulan la propia historia de las zapatillas de Curry, y lo hacen con algo nuevo pero a la vez olvidado, incluso por muchas grandes marcas deportivas: tecnología. Under Armour trae algo nuevo llamado Flow, que reemplaza a la ya tradicional HOVR de la marca de Baltimore.
El Flow es una sola pieza de suela y entresuela, que prescinde de la goma para la tracción y el agarre, lo que le resta varios gramos de peso a las zapatillas. Cumple, además, la función de amortiguar cada paso y cada salto, y lo hace de una forma distinta. No parece ser la tecnología que ofrezca mayor retorno de energía, pero en los pies se siente como ninguna otra. El Flow es blando, liviano y flexible; pero sin perder estabilidad y sin tener la sensación de estar pisando una cama elástica. Es cómodo, pero firme.
La capellada, como de costumbre, es una sola pieza tejida, lo que le otorga respirabilidad y flexibilidad; con refuerzos en los laterales para proteger los dedos, y un talón acolchado que abraza al pie y proteje la zona del tendón de Aquiles.
Como siempre digo cuando hablo de zapatillas: no hay tecnologías buenas o malas, las hay más o menos populares, las que resultan mejores o peores a los pies de cada uno. Dejo al Flow dentro de esa lista de las que me resultan cómodas. Comodísimas.