En algún momento de la década del ‘90, esas zapatillas de básquet que permitían bombear aire en la lengüeta para generar una sensación de mayor confort, eran uno de los mayores lujos a los que un adolescente podía aspirar. Aunque eran tiempos del 1 a 1, el mundo menos globalizado y sin comercio electrónico limitaba las compras a aquello que estaba disponible en la casa de deportes del barrio. Por eso el lujo valía doble: no sólo había que poder pagarlo, también había que lograr conseguirlo.
Con ese antecedente, la nostalgia tiene más de un argumento para ser un gran negocio, y las marcas lo saben. Hoy las zapatillas de básquet son todo un boom en la Argentina, del que todas las marcas quieren participar de alguna manera. Y ahora que todas esas zapatillas tan buscadas en los ‘80 y los ‘90 están disponibles, basta con algunos clicks para que aquel deseo se cumpla (en diferido).
Los dos grandes nichos que siempre alimentaron a las zapatillas retro de moda son el running y el básquet. Y mientras que las primeras parecen ser la próxima moda urbana (zapas de retro running), el básquet sigue tan fuerte e instalado como hace tres años, cuando las marcas lo impusieron. Y casi en espejo con lo que pasaba en aquellos años de mayor variedad y menos concentración, la oferta de hoy es de lo más generosa, y se adapta a casi todos los bolsillos.
Las Jordan, el santo grial
Todo lo que tienen de deseables también lo tienen de prohibitivas: las Jordan I son el gran objeto de deseo, evidenciado en los showrooms de importados exclusivos a precio dólar, pero también en las ferias y puestos de imitaciones que de alguna forma legitiman la tendencia. Las colaboraciones con personajes como Travis Scott o J. Balvin las acercaron a otras generaciones que nunca las disfrutaron en tiempo y lugar, pero que no pueden resistirse a las ganas de lucir esa silueta simple y vigente diseñada por Peter Moore.
¿Pero todo obedece a las estrategias de las marcas o hay algún tipo de explicación diferente? “Desde mi perspectiva la popularidad de estos estilos cristaliza tres macrotendencias en expansión: la búsqueda de confort emocional a través de consumos nostálgicos, el interés en estilos de vida más sanos y, por ende, más activos, y la crisis climática”, dice Gaba Najmanovich, consultora estratégica en tendencias. ¿La crisis climática? “Sí -dice Gaba- hay un aumento del negocio de la reventa, y darle una vida útil más larga a los productos que compramos es una solución clave dentro de la economía circular. Esto tiene un reflejo estético que es la popularización de lo retro y la vuelta de estilos del pasado”.
Para todos los gustos y bolsillos
La nostalgia como motor de consumo es muy popular hoy en día, y el archivo de las marcas deportivas siempre es rico en aspiracionales de antaño. La marca Pony, por ejemplo, amplió su catálogo de calzado vulcanizado de lona con la llegada de las M-100, un modelo de cuero con una estética y prestaciones que remiten de forma instantánea a los años en las que eran usadas por jugadores como Spud Webb o John Havlicek. A más de 50 años de su nacimiento Pony (un acrónimo de ‘Product Of New York’), propone vigencia a fuerza de un archivo inoxidable, que estará disponible en la Argentina durante el primer trimestre de 2024.
El caso de Fila es bien curioso. Si bien tiene una historia propia en el básquet profesional gracias a las Fila Grant Hill, uno de sus modelos más vendidos de este año es un diseño que la marca hizo en Brasil para el mercado Latinoamericano. Para lograr las ACD Mid tomaron el modelo Arcade y le sumaron la caña media típica de una zapatilla de básquet, y así lograron una zapatilla de estética retro, pero que en realidad nunca existió. Poco importa: son lindas, son cómodas y están a precio amigo.
En la misma línea ochentosa se encuentra Avia, que revivió las clásicas AVI 880 y las puso en los pies de Cami Homs para su campaña. Lo cierto es que las Avia tienen historia propia y no deberían necesitar de influencers para ser identificadas: calzaron a estrellas como Scottie Pippen, Clyde Drexler y John Stockton, y conservan en su silueta actual todo aquello que gusta de aquella época: la caña alta, los colores fuertes y la omnipresente tira de velcro. Se consiguen a través de su página web.
Marcas mucho más arraigadas al público argentino, como Converse y New Balance, también forman parte del menú. La marca de la estrella -cuyo modelo emblema, la Chuck Taylor, es (justamente) una zapatilla de básquet- ofrece las Weapon CX y las Fastbreak, reversiones de modelos usados oportunamente por Magic Johnson y Michael Jordan. Y New Balance, que volvió a tener presencia en el básquet de la mano de su estrella Kawhi Leonard, reeditó las NB550, y automáticamente se convirtieron en uno de los modelos más buscados por los fanáticos. A las características típicas de NB -calidad, comodidad, simpleza- le sumaron una estética renovada y premium. Lo que se dice, un estilo atemporal.
Superioridad alemana
Puma, por su parte, reeditó las Slipstream, un modelo de 1987 que en su versión actual tuvo presencia total y absoluta en las calles, en buena parte debido a la campaña protagonizada por Lali Espósito, embajadora de la marca. Pero el éxito de las Slipstream no se le puede endilgar sólo a ella: son cómodas, vienen en decenas de colores y a un precio (aún en el contexto actual) súper tentador.
La alemana adidas es la otra gran responsable de la tendencia. Instaló a las Forum (también usadas por Jordan, allá por 1984) como una opción superadora en cuanto a calidad de materiales y comodidad; y redobló su apuesta con las Rivalry, un modelo aparecido originalmente en 1986 destinado a complementar la oferta de modelos para básquet que tenía la marca alemana, usadas por la estrella Patrick Ewing pero, sobre todo, popularizadas en las calles. De hecho, aquella primera publicidad mostraba al jugador en una situación inédita hasta ese entonces: lucía las zapatillas con un jean, y no vestido de jugador.
¿Alcanza con todo esto? Depende para qué. La cantidad de oferta no hace otra cosa que poner en evidencia que la tendencia es fuerte, aún cuando el mercado global ya vaya por otro lado. Para Najmanovich existen más razones que ayudan a entender el fenómeno: “El rol del entretenimiento digital es tan relevante para la cultura contemporánea que los consumidores anhelan conectar físicamente y expresar sus filiaciones culturales fuera de la pantalla”, dice, “y algo no menor es la popularidad que ganó el básquet en los últimos años gracias a megaproducciones de empresas como Netflix y HBO”.
Publicada en L’Officel Argentina, diciembre de 2023.-